Monti, anunció la aprobación de las medidas el domingo por la noche, tras una reunión del gabinete de tres horas. Dijo que el objetivo es “despertar” a la economía italiana.
Reuters y Afp
Roma. El jefe del gobierno italiano Mario Monti prometió este domingo “poner bajo control estricto el déficit y la deuda” de Italia al presentar a la prensa nuevas medidas anticrisis de ajuste presupuestario.
Monti, anunció la aprobación de las medidas el domingo por la noche, tras una reunión del gabinete de tres horas. Dijo que el objetivo es “despertar” a la economía italiana.
Monti, quien se encuentra bajo una presión extrema para adoptar medidas rápidas y creíbles que convenzan a los mercados para que dejen de apostar contra la moneda común, declaró que las medidas incluyen recortes de austeridad al presupuesto e instrumentos para combatir la evasión fiscal, a fin de impulsar el crecimiento de la anémica economía italiana.
El premier describirá las medidas el lunes ante el Parlamento, que deberá aprobarlas.
Las partes que se han reunido con Monti han dicho que el paquete incluirá probablemente el restablecimiento de un impopular impuesto a la propiedad de vivienda, abolido por su antecesor Silvio Berlusconi, elevar en unos puntos porcentuales el impuesto a la venta y el impuesto sobre la renta a quienes tienen los ingresos más altos.
Las medidas que Monti detalló apuntan lograr el equilibrio presupuestario en 2013, objetivo que los planes de austeridad aprobados en julio y septiembre pasado, por un monto de 60 mil millones de euros, no permitirían alcanzar, tanto más cuanto que existe un riesgo de recesión económica.
Las medidas previstas son “socialmente insoportables” y “un golpe muy duro para los jubilados”, denunció Susanna Camusso, secretaria general de CGIL, principal sindicato italiano.
El plan anticrisis de Monti de 24 mil millones de euros se propone proteger a Italia de la crisis de la deuda, adelantaron medios de prensa italianos.
El plan prevé recortes en el gasto público, un aumento de los impuestos, en particular sobre la propiedad inmobiliaria, y una reforma de las jubilaciones, que los sindicatos rechazan.